"Soy un verdadero admirador, de hecho, un amante de las pinturas de Caravaggio. Pocos otros pintores estimulan mi imaginación como sus composiciones oscuras y dramáticas. De pie frente a su trabajo, a veces me pregunto: si esta pintura fuera un perfume, ¿qué olor tendría? Tal vez imperfectamente, este es un retrato perfumado de lo que tengo en mente cuando admiro un Caravaggio.

 

Un siniestro claroscuro, luz y oscuridad en un eco, dos fuerzas opuestas que crean un contraste y una armonía, baile femenino y masculino entre sí, como el ritmo de un tambor o el suave crujido de las brasas. El olor y la imagen de pintura negra goteando sobre un lienzo y, al mismo tiempo, el brillo facetado de un conjunto de diamantes usado sobre una prenda de cuero negro.

 

Este perfume es un verdadero "tour de force".